Arrepentimiento y Bautismo en las Aguas

Arrepentimiento y Bautismo en las Aguas


El bautismo en las aguas es un punto fundamental para aquellos que desean realmente una vida nueva en el Señor Jesús. Tal es su importancia que Él, al aparecerse a los discípulos después de resucitado, les dio órdenes explícitas: "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado, será salvo; pero el que no crea, será condenado" (Marcos 16:15-16).
De la misma forma que la sepultura es una ceremonia que consuma la ruptura del último lazo entre el hombre y su vida terrena, a través del bautismo en las aguas hay una ruptura, públicamente consumada, de nuestra vida natural con la verdadera vida cristiana, dejando de existir nuestro yo para el pecado, el cual ya no tendrá más dominio sobre nosotros.
Una persona sólo estará preparada para ser bautizada en las aguas después de estar segura del arrepentimiento de sus pecados y de su fe en el Señor Jesús. Ésta es, además, la gran razón por la cual no podemos bautizar niños, pues el bautismo es una ceremonia que requiere que el candidato se arrepienta de sus pecados.
¿De qué manera un niño va a arrepentirse de sus pecados, si no los tiene? Los niños deben, sí, ser presentados a Dios, conforme está escrito: "Y tomándolos en los brazos, ponía las manos sobre ellos y los bendecía" (Marcos 10:16).
Cuando Pedro, en Jerusalén, hizo su primer y gran discurso respecto del Reino de Dios y del Señor Jesús, las personas, con el corazón triste, preguntaron a él y a los demás apóstoles sobre lo que deberían hacer: "Pedro les dijo: Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo" (Hechos 2:38)
El arrepentimiento, como estudiamos anteriormente, incluye los siguientes aspectos:
a) El pecador necesita reconocer su pecado. Ese es el primer paso importante para un arrepentimiento sincero y honesto.
b) El pecador debe odiar el pecado. Si no siente repulsión por el pecado, al punto de odiarlo, seguramente lo cometerá nuevamente y se volverá un vicio.
c) El pecador debe abandonar el pecado. Si inmediatamente no da la espalda al pecado, jamás conseguirá abandonarlo.
d) El pecador necesita olvidar el pecado definitivamente.
Después de estas breves explicaciones sobre el bautismo en las aguas por inmersión, tengo la obligación de decir que si usted, amigo lector, siente que su vida todavía no ha sido transformada en sus actos y en su comportamiento entre sus amigos y parientes, aún después del bautismo, aunque haya sido curado de alguna enfermedad, o haya alcanzado muchas bendiciones económicas, necesita arrepentirse de sus pecados sinceramente y pasar por las aguas bautismales, convencido de que a partir de entonces comenzará una nueva vida, perfecta en Jesucristo.

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