Las Tres Marías

Las Tres Marías



Ellas eran tres hermanas y, a pesar de eso, muy diferentes, tanto en apariencia, como en carácter y personalidad…
Una era linda y sonriente, la otra era bonita y simpática, y la tercera era muy tímida y callada.
La primera y la segunda, por ser más llamativas, recibían mucha atención de todos, eran invitadas a todos los eventos, estaban llenas de amigas y eran el centro de atención donde quiera que fuesen.
En cambio, la tercera, por ser más tímida, no era el centro de atenciones y, consecuentemente, no tenía muchas amistades.
A los de afuera, como tú y yo, les gustaba siempre hacer comparaciones como esta que hago ahora, nadie daba nada por la María tímida y callada…
María linda y sonriente fue levantada obrera, pero no duró mucho y se cansó de servir.
María bonita y simpática, también fue levantada obrera, pero al poco tiempo desistió, pues las amistades y el brillo de un mundo, que ofrece tantas cosas aparentemente buenas, la encantaron y la llevó…
María tímida y callada demoró un poco más para que la levantaran de obrera, pero ella perseveró, su deseo de servir a Dios era enorme, su timidez no lo impidió, y también fue levantada obrera.
La última María, por la que nadie daba nada, ni siquiera tú o yo, está sirviendo al Señor Jesús y ayudando a muchas personas, entregó su vida en altar y es muy usada por Dios!
Ella cambió completamente, por Jesús, ya no es callada, ni tampoco tímida, venció las barreras creyendo en ella misma.
Estoy contando esto pues, tal vez, tú seas como la tercera María y vives sintiéndote inferior…
¿Sabes lo que aprendí?
¡Nadie tiene que dar nada por nosotras!
¡¡Jesús ya lo dio todo!!
Lo que realmente necesitamos es superar esas barreras que muchas veces nosotras mismas nos colocamos con esos pensamientos de inferioridad.
¿Qué importa si nadie da nada por ti?

¡No Uses Esto Como Una Disculpa Para No Vencer O Sentir Pena De Ti Misma!

¡Usa esto como una OPORTUNIDAD para cambiar la situación y probar lo contrario!
Seas tú la primera, segunda o tercera María…
¡El Señor Jesús dio, y aún da, todo por ti!
Extraido del blog de la señora Cristiane Cardoso

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