Los celos son señal de injusticia

Para todos los que sufren por los celos en la relación:

¿Usted sabía que Dios siente celos de usted?

Por lo menos dos veces en la Biblia, en el Antiguo y en el Nuevo Testamento*, se hace referencia a lo que Dios siente a nuestro respecto cuando no lo colocamos en primer lugar en nuestras vidas. Cuando nuestra atención está volcada para otras cosas, personas o incluso una religión o falso dios, los celos de Dios son fuertes por nosotros.

Es comprensible. Cuando usted se da exclusivamente para una persona, espera como mínimo lo mismo a cambio. Por eso los celos son un sentimiento justo. Si no fuese así, Dios no lo sentiría.

Cuando el marido o esposa siente celos del compañero, probablemente es porque está habiendo alguna injusticia, o sea, el compañero ha sido injusto de alguna forma. Él vive mandándose mensajes por el celular con otras mujeres, por ejemplo. Ella vive posteando fotos de sí misma en el Facebook que incomodan al marido. Él le esconde informaciones a ella, no le dice dónde está, con quién, a veces miente… Ella le da más atención a la madre, a las amigas, al perrito, a la carrera… que a él.

En fin, cuando usted comienza a ser injusto con su compañero, está generando una causa para los celos. La única manera de resolver eso es que usted comience a hacer lo que es adecuado, lo que le gustaría que fuese hecho por usted también si estuviera en la misma situación.

Sí, hay casos en los que la persona que siente celos puede tener un comportamiento extremista e inclusive actuar irracionalmente. Eso puede ser causado por varias razones personales que generan inseguridad y necesitan ser tratadas también. Pero aquí nos estamos enfocando en los celos causados por la pareja. Por ejemplo, Dios no es inseguro y no tiene cuestiones personales o traumas para resolver. Los celos que Él siente por nosotros son totalmente provocados por nuestras injusticias hacia Él.

Si su marido o esposa, novia/o, etc., ha tenido celos de usted, quizás sea momento de considerar lo que usted ha hecho que esté provocando eso.

Sea justo. Eso es amar.

*Ezequiel 8:3, Santiago 4:5