miércoles, 17 de julio de 2013

No Hay Mas Llanto

¡No Hay Mas Llanto!


Tener el Espíritu Santo signi ca tener el mimos Espíritu que el Señor Jesús tenía.
Si alguien desea saber si de verdad tiene o no el Espíritu Santo, basta mirarse en el Espejo del Evangelio, esto es, en la vida de Jesús y de Sus discípulos.
Por ejemplo, ¿usted encuentra en el Nuevo Testamento, especialmente después de la venida del Espíritu Santo, algún siervo de Dios reclamando, lamentándose o lloriqueando por su situación, sus problemas personales, su vida sentimental, familiar o hasta mismo económico? ¡Dudo!
Solamente los iludidos por los espíritus engañadores viven lamentando la mala calidad de vida.
El recibimiento del Espíritu Santo no signi ca inmunidad a los problemas.
Jesús avisó: "Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis a icción; pero con ad, yo he vencido al mundo." Juan 16:33.
Quiere decir, aún siendo nacido y lleno del Espíritu Santo, Jesús y Sus verdaderos discípulos tuvieron que enfrentar enormes problemas… Pero ellos los vencían día tras día.
Yo no consigo ver a ninguno de ellos murmurando o reclamando para otros sus problemas personales.
El recibimiento del Espíritu Santo da condiciones para vencer al mundo y no para vivir en un mar de rosas.
Quien fue sellado con el Espíritu de Dios tiene fuerza, poder, vigor espiritual para resistir las tentaciones, soportar los golpes de la vida y permanecer rme hasta la muerte.
El Espíritu de Dios no viene para darnos el don de lenguas, sino a capacitarnos para enfrentar el in erno, el mundo, los enemigos de la fe, los falsos hermanos, los hipócritas, las injusticias, las persecuciones y todo lo demás sin lamento, gemidos, quejándose o lloriqueando… y, aún así, continuar rme hasta la muerte.

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