¿La masturbación es pecado?



La masturbación, debido principalmente a los estudios de la Sexología, es entendida como una práctica normal en la infancia, adolescencia, en la fase adulta y la vejez.
En la adolescencia (de los 10 a los 20 años), la producción de hormonas sexuales, nuevos intereses descubrimientos propios de esa fase, provocan un deseo sexual de mayor intensidad, siendo la masturbación una forma de aliviar la tensión sexual y de conocimiento y descubrimientos del propio cuerpo. Inclusive, hace parte de un aprendizaje importante para la satisfacción sexual en la vida adulta. Pero, esta es preocupante cuando es practicada de una manera compulsiva, perjudicando el desarrollo de otras áreas de la vida (estudios, deportes, vida social, etc.) o cuando es practicada con objetos que puedan causar lesiones. En esas dos circunstancias, sería aconsejable buscar un médico.
Espiritualmente, la masturbación es una inclinación carnal. El acto en sí no es pecado. Pero, sí, el motivo por el cual es hecho. O sea, el pensamiento que lo motiva. Conciliar la buena conciencia cristiana y tal práctica es imposible, pienso yo. ¿Qué hacer? Pablo enseña: Es mejor casarse que vivir quemándose. Pero, ¿y los quemados que están impedidos de casarse? Creo que la masturbación sería la salida más segura. Eso si no hubiera una intención impura en el corazón. (Mt. 5:28)
El bautismo en el Espíritu Santo, creo, es la única solución definitiva para este problema. A causa de eso, el cristiano reúne condiciones de vencer al mal pensamiento. Es capaz de resolver el problema, ya que Él ofrece salidas. Pero, mientras eso no sucede, es normal, especialmente entre los jóvenes en formación. Es como dijo la Dra. Eunice.
Lo ideal sería ocupar la mente con pensamientos puros. Siendo así, no habrá masturbación. Y sin masturbación no habrá acusación maligna.
“Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.” (Gálatas 5:16)
Que el Espíritu de Dios sea con todos.
Texto extraído del blog del Obispo Edir Macedo.

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