Luz en el camino.
Luz en el camino.
Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida. La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella.
En un determinado momento, se encuentra con un amigo, que lo mira, lo reconoce, y le dice: ¿Que haces Guno, tu eres ciego, para que necesitas esa lámpara?
Y el ciego le responde: Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco de memoria estas calles. "Llevo la luz, para que otros encuentren su camino, cuando me vean"
No solo es importante la Luz que me sirve a mi, sino también la que uso para que otros se sirvan de ella. Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros.
Alumbrar el camino de los otros, no es tarea fácil. Muchas veces en lugar de alumbrar oscurecemos ¿Cómo? A través de desánimos, crítica, egoísmo, desamor,odio, resentimiento....
Que hermoso sería si todos ilumináramos el camino de los demás. Llevar Luz y no oscuridad.
Todos pasamos por situaciones difíciles a veces, todos sentimos el peso del dolor en determinados momentos de nuestras vidas, todos sufrimos en algún momento, lloramos en otros. Pero no debemos proyectar nuestro dolor cuando alguien desesperado busca nuestra ayuda. No debemos exclamar como las personas del mundo exclaman "La vida es así", llenos de rencor, y de odio. Al contrario ayudemos a los demás sembrando esperanza en ese corazón herido. Tenemos en el alma el motor que enciende cualquier lámpara, la energía que permite iluminar, en lugar de oscurecer, está en nosotros saber usarla.Esta en nosotros ser Luz y no permitir que los demás vivan en tinieblas.
Es su decisión, permanecer sentado, o ser un instrumento en las manos de Dios, y ser la sal de la tierra que da sabor a la vida de los otros, y/o ser la Luz del mundo que con su estilo de vida, hace que aquellos que necesitan el toque de Dios, puedan encontrar en nosotros la Luz que los guíe al Rey de Reyes y Señor de Señores.
Hagamos la parte que nos corresponde y nuestro Señor Jesús hará el resto
Obispo Guillermo Morello
Actual Responsable por la
obra de la Ciudad de Cali
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Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida. La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella.
En un determinado momento, se encuentra con un amigo, que lo mira, lo reconoce, y le dice: ¿Que haces Guno, tu eres ciego, para que necesitas esa lámpara?
Y el ciego le responde: Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco de memoria estas calles. "Llevo la luz, para que otros encuentren su camino, cuando me vean"
No solo es importante la Luz que me sirve a mi, sino también la que uso para que otros se sirvan de ella. Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros.
Alumbrar el camino de los otros, no es tarea fácil. Muchas veces en lugar de alumbrar oscurecemos ¿Cómo? A través de desánimos, crítica, egoísmo, desamor,odio, resentimiento....
Que hermoso sería si todos ilumináramos el camino de los demás. Llevar Luz y no oscuridad.
Todos pasamos por situaciones difíciles a veces, todos sentimos el peso del dolor en determinados momentos de nuestras vidas, todos sufrimos en algún momento, lloramos en otros. Pero no debemos proyectar nuestro dolor cuando alguien desesperado busca nuestra ayuda. No debemos exclamar como las personas del mundo exclaman "La vida es así", llenos de rencor, y de odio. Al contrario ayudemos a los demás sembrando esperanza en ese corazón herido. Tenemos en el alma el motor que enciende cualquier lámpara, la energía que permite iluminar, en lugar de oscurecer, está en nosotros saber usarla.Esta en nosotros ser Luz y no permitir que los demás vivan en tinieblas.
Es su decisión, permanecer sentado, o ser un instrumento en las manos de Dios, y ser la sal de la tierra que da sabor a la vida de los otros, y/o ser la Luz del mundo que con su estilo de vida, hace que aquellos que necesitan el toque de Dios, puedan encontrar en nosotros la Luz que los guíe al Rey de Reyes y Señor de Señores.
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