El Mayor Sueño

El Mayor Sueño

El mayor sueño de todas las personas (nacidas de Dios) es poder un día, finalmente, transferirse de naturaleza, o sea, cambiar de un cuerpo corruptible a uno incorruptible. 1 Corintios 15:54
Existe una realidad irrefutable: tenemos una gran desventaja en relación a los ángeles. Sus cuerpos son celestiales, su mundo es espiritual, ellos no lloran, no sienten dolor, no se entristecen ni son dominados por los sentimientos.
Sin embargo, nosotros vivimos en un lugar llamado mundo, donde día y noche somos asediados tenazmente con las propuestas que este ofrece: Tentación del pecado, tribulaciones, persecuciones, peligros, preocupación por los que aun no son de Dios, tanto nuestros familiares como la humanidad en general. En fin, vivimos dentro de un cuerpo que posee:
MENTE – por la cual pasan millones de pensamientos buenos y malos.
OJOS – que nos muestran lo que debido y lo que no es debido.
OÍDOS – que están sujetos a oír la voz de Dios, pero, que si no vigilamos, oyen la voz de la carne y la del diablo.
BOCA – que debería ser usada para alabar y adorar a Dios, pero, que es propensa a pronunciar palabras de condenación, de dudas y de derrotas.
CORAZÓN – que es la fábrica de sentimientos, donde se produce amor, paz, alegría y placer, pero también odio, resentimiento, adulterio, prostitución, etc.
¿Cómo llegar hasta el fin y vencerlo todo, para que los cuerpos corruptibles se revistan de incorruptibilidad, sino teniendo una alianza con Dios a través de la sangre – de la sangre de Jesús y de nuestra sangre?

“Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada.” Marcos 14.24
¿Quiénes son esos muchos? Son los que quieren unir su sangre (que es vida) a la Sangre de nuestro Señor Jesús, formando esta (nueva) alianza con el Señor que está sentado “encima de todo principado y potestad, y poder y dominio.” Efesios 1:21
Obrero(a), ¿está su sangre junta y mezclada con la sangre del Señor Jesús, en el mismo cáliz del sacrificio? ¿Ha sido y ha perseverado en ser la otra mitad de la alianza con Dios? Realice ahora un análisis profundo, mirando hacia su interior y evalúe la vida espiritual que usted ha llevado. Si esa alianza aun no sucedió, o si ha sido rota, vuelva a la práctica de las primeras obras. Este es el momento, esta es la hora. Jesús está ansioso de que usted tome esa actitud, pues Él quiere su bien y no su mal.
¡MEDÍTELO!
Dios los bendiga.

Obispo Sergio Correa
       Responsable por el Trabajo de los Obreros de Brasil 
y del Mundo Entero


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