Tania Rubim - Vivir por la fe

Tania Rubim - Vivir por la fe

Las esposas de pastor muestran una gran fe en el momento en que dejan todo para servir a Dios en el Altar. Dejaron atrás sus profesiones, sus familiares, su país y algunas hasta el deseo de ser madres, para así poderse dar mas para la obra de Dios.

No hubo miedos, preguntas, exigencias, ellas estaban dispuestas a vivir por la fe, enfrentando lo desconocido y no teniendo preocupaciones con el futuro.

Ir a un país lejos, pobre o incluso pensar que no tendríamos hijos para cuidarnos cuando fuéramos viejitas nunca nos asustó, creemos en la provisión de Dios.

La pregunta es: ¿Sera que continuamos viviendo por la fe o con el  correr de los años comenzamos a mirar para atrás?

No podemos cometer el error de pensar que porque un día tuvimos coraje de renunciar todo, eso ya fue una gran demostración de fe y sirve para siempre.

Vivir por la fe es la persona no estar preocupada con el día de mañana, no estar preocupada para donde será transferida, es seguir la voluntad de Dios es ir adelante sin miedo, y no querer escoger la ciudad o el país adonde va a servir, es no tener pena de siempre dejar cosas atrás, a final de cuentas siempre que cambiamos tenemos que deshacernos de un montón de cosas.

Una vez escuché un comentario así: “Ah yo ya estoy estabilizada aquí, sería mucho volver a cambiar y comenzar todo de nuevo”.

¿En dónde está la fe? Ven como es fácil la persona, por servir en el altar, eludirse pensando que vive por la fe cuando en la verdad no vive.

Cuando se comienza a mirar para la propia vida, querer escoger, exigir, pensar en lo mejor para nuestra carne, buscar un bien estar personal, estar presa a cosas materiales. Es donde vemos que ya no estamos viviendo por la fe.

Vivir por la fe exige salir de nuestras comodidades yen todo momento creer que nuestra vida esta siendo dirigida por el Espíritu Santo.

Vigilemos, pues quien no vive por la fe además de no ser considerada justa delante de Dios, cuando se retrocede,  Dios no se agrada de nosotros.

Quien no vive por la fe, todo le será una dificultad pues sus ojos esta puestos en las circunstancias y no en el poder de Dios.

“Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma.” (Hebreos 10:38)

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